El pueblo de Dugny-sur-Meuse, situado a 6 kilómetros al sur de Verdún en la orilla izquierda del Meuse, tuvo un papel muy importante desde el punto de vista logístico debido a su cercana posición al frente.
El bombardeo de los búnkeres de Bevaux y su evacuación el 18 de abril de 1916, dieron lugar a una mayor importancia a las formaciones sanitarias instauradas en Dugny.
La iglesia es el punto de reunión de las formaciones de ambulancias: el altar es usado como mesa de exámenes de los heridos, y los que necesitan operación urgente son trasladados al hospital adyacente organizado en la sacristía.
Los heridos de tórax y abdomen son hospitalizados en el Château Navel, mientras que el Prieuré, situado en el otro extremo del pueblo, es requisado para los cuidados de lesiones graves en miembros y cráneo. El centro de Dugny y sus formaciones satélites llegan a ofrecer 1500 camas a disposición de los heridos en combate.
En las diversas formaciones de Dugny trabaja un numeroso grupo de enfermeras voluntarias, todas ellas bajo la dirección de la señorita Yolande de Baye.